domingo, 22 de noviembre de 2009

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Hay veces, en las que te crees Dios, la felicidad, es como una droga, cuanta mas tienes, mas quieres, te drogas pensando en que amas a esa persona, te drogas pensando que quieres estar a su lado siempre, te drogas si la ves reir...pero un día, te quedas sin tu dosis, y bajas a la tierra, piensas que esa persona se irá, te crees insignificante, no verás esa sonrisa, y solo ves dolor...pero un buen día, vuelves a consumir, y te vuelves a creer Dios, te crees insignificante, te crees Dios, te crees insignificante, te crees Dios, te crees insignificante, te crees Dios...

Quiero creerme Dios por mucho tiempo...y que cuando me crea insignificante, lleges y hagas de un plumazo que me crea Dios.

Gracias mi vida, te quiero...

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